martes, 27 de marzo de 2012

Homilia de Su Santidad Benedicto XVI en la Plaza Antonio Maceo

"Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren..."







Plaza Antonio Maceo
Santa Misa
- Texto original -

Queridos hermanos y hermanas:

Doy gracias a Dios que me ha permitido venir hasta ustedes y realizar este tan deseado viaje.
Saludo a Monseñor Dionisio García Ibáñez, Arzobispo de Santiago de Cuba, agradeciéndole
sus amables palabras de acogida en nombre de todos; saludo asimismo a los obispos cubanos
y a los venidos de otros lugares, así como a los sacerdotes, religiosos, seminaristas y fieles
laicos presentes en esta celebración. No puedo olvidar a los que por enfermedad, avanzada
edad u otros motivos, no han podido estar aquí con nosotros. Saludo también a las autoridades
que han querido gentilmente acompañarnos.

Esta santa Misa, que tengo la alegría de presidir por primera vez en mi visita pastoral a este
país, se inserta en el contexto del Año Jubilar mariano, convocado para honrar y venerar a la
Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, en el cuatrocientos aniversario del hallazgo y
presencia de su venerada imagen en estas tierras benditas. No ignoro el sacrificio y dedicación
con que se ha preparado este jubileo, especialmente en lo espiritual. Me ha llenado de emoción
conocer el fervor con el que María ha sido saludada e invocada por tantos cubanos, en su
peregrinación por todos los rincones y lugares de la Isla.