No se, por qué extraña razón, cada vez que me cuentan sobre El “Pelú” de Mayajigua, me viene a la memoria El Caballero de París. Debe ser por la inevitable relación a que convocan sus inolvidables cabelleras. Aunque hoy sus historias me hacen reflexionar.
Corría el año 1876 y Enrique Rodríguez Pérez nombre de este personaje mayajiguense, mambí por convicción propia, rebelde e indomable, se internó en la manigua de la zona después de ser herido en combate, despertó en medio de la confusión de la batalla y escapó de sus enemigos para no ser capturado. De esta forma permaneció detenido en su tiempo y dueño de su monte, en su escondite de yaguas y pencas de palmas durante más de 40 años. Cuentan que confundido por las explosiones y la dinamita que detonaba durante la construcción de la vía Norte del ferrocarril, lo que le hacía pensar que la guerra no había finalizado. Cuando lo encontraron por pura casualidad y ....
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martes, 19 de mayo de 2009
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1 comentario:
Es un interesante articulo, en el que recibi a primera lectura la sensacion de contenido ligero pero despues de leerlo de nuevo, senti que es profundo y tiene muchas aristas de analisis en varias direcciones. Gracias Pepe
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