El joven opositor cubano Wilman Villar Mendoza, quien hace 50 días inició una huelga de hambre en su celda de castigo reclamando su inmediata excarcelación, murió en la noche del jueves en el hospital Juan Bruno Zayas de Santiago de Cuba.
Villar, de 31 años, se convirtió en un nuevo mártir de las filas opositoras que arriesgan su vida en defensa de las libertades individuales y los derechos humanos. Villar estaba con respiración artificial desde hace varios días. Su estado empeoró en las últimas horas debido al brote de una sepsis causada por una fuerte infección en el torrente sanguíneo. Los médicos alertaron a la familia que sólo un milagro podía salvarle la vida.
La complicación afectó irreversiblemente el funcionamiento del hígado y sus riñones, según el último parte médico de los especialistas que lo atendieron en la sala de cuidados intensivos del hospital.
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